sábado, 17 de mayo de 2008

Conflicto armado en Colombia y su relacion con el Graffiti



El caso colombiano se distingue nítidamente en el contexto regional por la presencia del narcotráfico y de poderosos grupos irregulares militarizados, la más antigua guerrilla subsistente (FARC) y las bandas paramilitares. Un asentado poder económico que tiene sus bases en la producción interna y la comercialización externa de drogas y un poder armado con control sobre áreas territoriales del interior del país, han avanzado sobre una erosión sistemática de las capacidades estatales al cabo de cuatro décadas de guerra interna y más de diez años de desafío abierto del narcotráfico .

Alguna vez el ex-presidente Alfonso López Michelsen dijo que “el terrorismo nació como sustituto de la propia prensa. Aquellos que no tenían capacidad para figurar en una columna o una fotografía, en circunstancias normales, apelaron a hechos criminales y heroicos para desempeñar un papel de conductores de la conducta pública entre los inconformes”. De alguna manera podemos relacionar esta cita con las otras manifestaciones alternativas que surgen en busca de voz y voto en las problemáticas del país, los graffiteros en Colombia surgen por la necesidad de ser escuchados, es una manifestación cultural que sirve para que la gente exprese una idea de cualquier índole, en el país, específicamente en la ciudad de Bogotá, el graffiti tiene una expresividad política y social, de rebeldía y de inconformismo ante el sistema, por lo que esta forma de expresarce es la manera por la cual muchas personas se desahoga y le gritan a la sociedad aquello que sienten y piensan hacia el mundo en general.

En una ciudad como Bogotá en donde existen millones de habitantes, muchos de ellos impedidos para participar en los escenarios donde se exhiben a ciertas élites exclusivas y los medios no cumplen a cabalidad con su función de asimilarlos ni acogerlos, el graffiti es un recurso del que disponen para hacerse notar y en esta medida sirven para decirle a la sociedad que existen opiniones alternativas y que medio del graffiti diran lo que quieren, directamente y sin tapujos.

El graffiti se relaciona entonces con la política y las situaciones sociales en la medida en que hay inconformidad por parte de los ciudadanos, en la medida en que no se sienten acogidos por lo que los medios quieren imponer y por tanta injusticia social e irrespeto de los derechos humanos, siendo este el medio más propicio para que el ciudadano que transita por las calles se de cuenta de las otras miradas del conflicto y hasta de la rabia que existe a causa de los “pronunciamientos” del Estado.

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